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La fiebre por la leche cruda


No se han demostrado las presuntas virtudes nutricionales de la leche sin pasteurizar, pero sí que multiplica las posibilidades de contraer graves enfermedades. En Bocoflusa nos preocupa tu salud, por eso te compartimos:

La tuberculosis, que encharca los pulmones y hace escupir sangre; la brucelosis, que provoca fiebre y desmayos; la difteria, el carbunco, las fiebres tifoideas y aftosas. Todo un ramillete de enfermedades cuya remisión a lo largo de los últimos 150 años ha permitido reducir la mortalidad infantil y aumentar la esperanza de vida. En gran parte se debe a la leche: su proceso estandarizado de desinfección ha permitido que este alimento esencial llegue a millones de consumidores con seguridad.

El mérito se lo lleva el francés Louis Pasteur por establecer el método, aunque él lo desarrolló con el vino en mente; es al alemán Franz von Soxhlet a quien debemos la adopción de la pasteurización de la leche.

Se trata de un tratamiento térmico que calienta el producto por debajo de los 100 grados para eliminar los microorganismos que contiene. A mayor temperatura, se considera que ha sido sometida a esterilización, que es lo que se consigue de forma tradicional siguiendo la costumbre de hervir la leche ordeñada antes de tomarla.

En Estados Unidos, tomar leche se había convertido hacia 1920 en el equivalente a "jugársela", relataba un artículo del Boston Globe: para suplir la demanda del boom de población urbana, los ganaderos empezaron a alimentar a las vacas con grano excedente de las destilerías, de mala calidad, que las hacía enfermar y volvía insalubre su leche.

La pasteurización, extendida como norma general al final de aquella dedicada, es considerada "uno de los mayores avances en sanidad pública" del país.

Es desde el mismo EEUU, sin embargo, de donde el Centro para la Prevención y Control de Enfermedades (CDC en sus siglas en inglés) viene dando un siglo después la voz de alarma. El consumo de leche cruda, o sin pasteurizar, se ha estado extendiendo por sus pretendidas virtudes nutricionales o por motivos ideológicos contrarios a la producción industrial y la tutela sanitaria. Entre 2009 y 2014 fueron responsables del 96% de las enfermedades contagiadas por consumo de lácteos, 840 veces más que la leche pasteurizada. De seguir popularizándose esta moda, calculaban, los casos se duplicarían.

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Fuente: https://www.elespanol.com


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